HABLANDO DE mi gato Broma y su intensidad, acabo de acordarme de que en la filosofía antigua existe un elemento que me aburre mucho, que es el punto medio o moderación de los deseos, ese in medio virtus que no solo defiende Aristóteles sino de una u otra manera Epicuro, Lao-Tsé, Platón, Buda, Sócrates o Confucio, y que a mí no me sirve: yo nunca he sido feliz moderándome sino siendo lo más intensa y auténtica posible. Claro que conozco muy bien que ser una misma, cuando se hace sin tener en cuenta a los demás, puede acarrear malas consecuencias, pero para mitigar los perjuicios recurro a una medicina, la soledad, que es la mejor que he encontrado para conservar a mi animal intacto. Ya lo decía Enzo Ferrari: "Mis pilotos, cada vez que tienen un hijo, pierden tres décimas por vuelta". Quien va sola por la vida puede conducir a la velocidad que quiera, ¿pero irías con tus hijos a 250 por una autopista helada?