EN QUE nunca he querido ser un hombre radica mi belleza y mi tragedia: yo he agredido de forma sucesiva a la madre, la familia, la religi贸n, la patria y todos los centros que se detienen, de modo que a los cuarenta a帽os, al volver la cabeza despu茅s de tanta huida, me di cuenta de que a mi alrededor rutilaba la perfecci贸n de un desierto continuo. De tanto darme la raz贸n en todo gan茅 las tres medallas en el rally de la soledad: ¿no veis que en los tres cajones del podio solo figuro yo?